Una de las características del barrio junto a sus edificaciones son sus calles y sus veredas. Las veredas están en general, elevadas respecto al nivel de la calle debido a las frecuentes inundaciones.
El paisaje urbano de La Boca se complementa con los barcos fondeados o hundidos en el Riachuelo, y la rivera de enfrente, que corresponde a la Isla Maciel donde se pueden ver algunos astillero que se ocupan de la reparación de barcos.
En las calles Wenceslao Villafañe y Alte. Brown, se encuentra una construcción con mirador, conocida como la torre del fantasma.
Las plazas del barrio son :
- plaza solis
- plaza matheu
- Peña
- merlo
El color de las casas proporciona al barrio de la Boca su encanto peculiar. Los inmigrantes afincados en la zona eran, en general, de escasos recursos, y no pudiendo comprar pintura para restaurar los frentes, solicitaban a los astilleros los sobrantes de pintura utilizada para las embarcaciones. Tal es la tradición de las casas de la Boca verdaderos exponentes de arquitectura popular.
El 73% de los habitantes son argentinos, el 14% uruguayos, el 8% italianos, el 2% chilenos, el 1,5% bolivianos y el 1,5% restante distribuido en diversas nacionalidades.
La Boca posee una zona de actividades portuarias, de depósitos y talleres, es la zona correspondiente a la ribera y puede dividirse en dos tramos: la ribera del Riachuelo propiamente dicha y la Dársena Sur portuaria.
Calle Caminito:
Trayecto de apenas 1 cuadra de extensión, por el que antaño corría un ramal del ferrocarril de hiperbólico trazado, no posee veredas ni portales pero, sí gran cantidad de ventanas y balcones, de las casas multicolores alineadas a lo largo de su recorrido.
Es el antiguo “CAMINITO” de inspiración Filibertiana, que el indeclinable tesón de Benito Quinquela Martín y sus amigos transfiguró en el actual museo de artistas y escultores argentinos.
Casi a la entrada se encuentra un pequeño bronce, obra del escultor boquense Ernesto Escalía, que rinde homenaje a todos los bomberos del mundo. En sus muros, varios artistas boquenses han traducido en cementos coloreados bajo y sobrerrelieves figuras alegóricas.
Trayecto de apenas 1 cuadra de extensión, por el que antaño corría un ramal del ferrocarril de hiperbólico trazado, no posee veredas ni portales pero, sí gran cantidad de ventanas y balcones, de las casas multicolores alineadas a lo largo de su recorrido.
Es el antiguo “CAMINITO” de inspiración Filibertiana, que el indeclinable tesón de Benito Quinquela Martín y sus amigos transfiguró en el actual museo de artistas y escultores argentinos.
Casi a la entrada se encuentra un pequeño bronce, obra del escultor boquense Ernesto Escalía, que rinde homenaje a todos los bomberos del mundo. En sus muros, varios artistas boquenses han traducido en cementos coloreados bajo y sobrerrelieves figuras alegóricas.
Todo se impregna de colores mediterráneos; la gastronomía, el arte, la arquitectura, se mezclan con los elementos de Bs. As. Para darle características únicas.
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